Chikungunya es un
virus transmitido por artrópodos, del género alfavirus, que se transmite a las
personas mediante la picadura de los mosquitos portadores Aedes; tanto el Aedes
aegypti como el Aedes albopictus. El virus se transmite de manera similar a la
fiebre del dengue y causa una enfermedad con una fase febril aguda que dura de
dos a cinco días, seguido de un período de dolores en las articulaciones de las
extremidades; este dolor puede persistir durante años en algunos casos. La
mejor forma de prevención es el control general del mosquito, además, evitar
las picaduras de mosquitos infectados.5 Hasta la fecha no hay un tratamiento
específico, pero existen medicamentos que se pueden usar para reducir los
síntomas.5 El reposo y la ingesta de líquidos también pueden ser útiles. }
Etimología es de origen makonde y significa enfermedad del
hombre retorcido debido al fuerte dolor articular que provoca la artritis que
caracteriza a la enfermedad. Fue descrito por primera vez por uno de los
colaboradores del equipo del epidemiólogo Marion Robinson en 1955,7 El virus
del Chikungunya se relaciona estrechamente con el virus o’nyong’nyong.
Vector de transmisión Los mosquitos obtienen el virus
ingiriendo sangre de un humano infectado. No se sabe si el mosquito es
inmediatamente contagioso o si existe una fase de evolución en su cuerpo, por
ejemplo para transmitir el agente infeccioso del tubo digestivo del insecto a
sus glándulas salivares (véase malaria). El virus se encuentra tanto en
especies animales salvajes; como cierta clase de simios, como en los animales
domésticos.
Cuadro clínico
Los primeros síntomas se parecen a una crisis de paludismo o
de dengue aunque la fiebre de chikungunya no tiene nada que ver con estas
enfermedades. La enfermedad empieza con una fuerte fiebre, a veces superior a
los 40 °C, que dura 3 días. A esta fiebre le sigue un eritema y, durante 5
días, agujetas muy dolorosas en las articulaciones. Estos dolores articulares
pueden permanecer o reaparecer hasta varios meses después de la primera crisis.
Debe sospecharse por el cuadro clínico antes mostrado, y el contexto
epidemiológico de cada paciente que presente la sintomatología anteriormente
descrita así como otros factores desencadenantes del virus, como contacto con
infectados, viajes a zonas que hayan declarado la epidemia, viajes a zonas
endémicas, el contacto directo con contagiados, hemotransfusiones, entre otros.
El diagnóstico certero se debe hacer por hemoaglutinación indirecta o con una
prueba ELISA.
Evolución: La enfermedad se autolimita en la mayoría de los
casos, presentando una mortalidad del 0,4% en menores de un año. También
aumenta en personas mayores con patologías concomitantes. La incubación de la
enfermedad en el humano dura de 4 a 7 días. La transmisión directa entre
humanos no está demostrada. La transmisión de la madre al feto en el interior
del útero, podría sin embargo existir. La fiebre de chikungunya podría provocar
lesiones neurológicas graves y hasta letales en el feto.
Tratamiento: No existe tratamiento curativo. Se aplica
exclusivamente un tratamiento sintomático a base de paracetamol.
Prevención: La principal medida de prevención es la
eliminación de los criaderos de los mosquitos vectores: Aedes aegypti y Aedes
albopictus, de esta manera se previenen además las otras enfermedades
transmitidas por estas especies, es decir, la reducción de todos los depósitos
de aguas, tanto naturales como artificiales, para esto el papel más importante
lo tienen las comunidades. En casos de brotes, incrementar las acciones preventivas
evitando la picadura de los mosquitos transmisores, implementando medidas de
controles ambientales PEMDS. Los repelentes son de utilidad, respetando las
instrucciones de uso, sobre todo los que contengan NNDB, DEET o permetrina. Se
recomienda que en las zonas con climas templados y/o cálidos se vistan prendas
que cubran la mayor parte de las superficies expuestas a picaduras, e instalar
los toldillos y otra clase de protectores que tengan cómo prevenir el acceso de
los mosquitos desde ventanas y puertas, además, el uso de mosquiteros tratados
o no con insecticidas. En estos casos se recomienda continuar con las medidas
para eliminar zonas con acumulaciones de agua permanentes, que permitan la
reproducción de los mosquitos.
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